¿Has experimentado diarrea, mareos o vómitos después de comer pan, algún cereal o tomando cerveza con amigos? Es posible que si te ha pasado de manera continua se trate de algo más que una casualidad, así que, aunque tengas solo sospechas leves existe la probabilidad de que se trate de una alergia al gluten o mejor conocida como la enfermedad celíaca. Es una condición autoinmune en la cual un individuo tiene un sistema inmune genéticamente susceptible a esta sustancia, afectando la mucosa del intestino delgado al poseer anticuerpos contra ella, además de la mala absorción de nutrientes que conlleva, esta condición es crónica y no posee ninguna otra solución permanente que no sea dejar de comer alimentos con gluten de por vida, pero devolvamonos un momento ¿Qué es el gluten? es una proteína que debido a su bajo coste se encuentra en gran variedad de alimentos aunque principalmente está en el trigo, pan, dulces, cereales y cervezas, para evitar toparse con él en una comida, es necesario adquirir el tener por hábito el siempre revisar el empaquetado de las compras para corroborar si el alimento en cuestión está libre o no de esta proteína (esto mismo aplica a algunos medicamentos), entre los alimentos más recomendados para los celíacos están:
- Carne, incluyendo los mariscos.
- Huevos.
- Productos lácteos tales como leche, mantequilla, yogurt y queso.
- Frutas y verduras.
- Arroz.
También cabe mencionar que hay versiones de alimentos que están hechas expresamente para celíacos como lo es el pan sin gluten. Respecto a los efectos y expresiones de la enfermedad pueden ser bastante variados pues si bien ya hablamos de la diarrea y vómito también es común padecer de dolor abdominal, estreñimiento e incluso un sentimiento de fatiga en el día a día, pero si bien estos síntomas provocan malestar e incomodidad eso no quita que salvo algunas excepciones donde se requiere ayuda de fármacos, en general es una condición con la cual se puede convivir. Para concluir es necesario destacar que lo más curioso de la enfermedad es que, si bien se dice que el 1% del planeta la tiene, cuesta muchas veces dar un diagnóstico correcto y de hecho los médicos han sido capaces de clasificar otras formas en las cuales se puede expresar esta condición:
- Sintomática: la más básica y simple, la condición se expresa con sus síntomas típicos asociados a ella.
- Subclínica: las pruebas dan positivo, pero no hay síntomas.
- Latente: existe la enfermedad en el cuerpo sin causar síntomas, pero no se descarta que pueda provocarlos eventualmente.
- Potencial: el paciente tiene antecedentes genéticos que podrían o no desembocar en ella.